Imagen satelital de un huracán |
Fuerza del huracán |
Earthquakes, tornadoes or avalanches are unknown in Belize, but hurricanes are a real threat during the second half of every year. Actually, the climate change affecting the planet is the main reason for having hurricanes and storms more often in the Caribbean since some decades ago hurricanes rarely affected Belize, as proven historically. Unlike other kind of natural disasters, hurricanes can be forecasted and people alerted, hours or even days before they touch the coast due to the high technology meteorological systems have in our days to track these phenomena as soon they are formed in the litoral of western Africa and the path they take while crossing the Atlantic Ocean until they reach with intensity the Caribbean.
High-Tech para prevenir |
Em Belice nao tem tremores de terra, nem tornados, avalanches ou volcaes eruptando, mas tem furacoes e aparecem sem falta a cada ano, exatamente na segunda parte. A verdade é que o cambio climático que afecta o planeta é a causa de tanto furacao na atualidade pois a historia documenta que poucos desastres foram causados em Belize até nos recentes lustros. Felizmente e a diferenca de outras ameacas naturais os furacoes podem-se detectar e se prever para avisar com horas ou dias até a populacao de um local especifico, pois os atuais sistemas meteorologicos baseados na alta tecnologia que inclui satelites acompanham estes fenomenos desde que eles nascen nas costas occidentais da Africa e no rumo que seguem quando atravessam o Oceano Atlântico para chegar com intensidade ao Caribe.
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Huracanes para la historia (29/nov/10)
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HISTORICOS HURACANES
El ululuar del viento se escuchaba incesantemente y no había luz en la ciudad de Belice, nosotros estabamos cansados, angustiados, intentando dormir y de evitar que los niños se asustaran; era casi imposible no transmitirles temor pues era una reacción lógica y natural ante un fenómeno también natural, pero desconocido para todos quienes habitabamos esa casa, pues teniamos poco tiempo de haber llegado a Belice.
Anticipadamente, los anuncios en la radio y la TV habían alertado sobre el inminente arribo de un huracán y tuvimos tiempo de colocar las laminas protectoras en las ventanas y puertas de una sólida casa de concreto y en una de las zonas más seguras de la ciudad, con diques y canales que harían –nos dijeron- casi imposible una inundación de la residencia. Lamentablemente otros habitantes de nuestra ciudad no tenian la misma posibilidad y sólo la suerte podría ayudarles en los albergues en que en ls emergencias se convierten obligatoriamente las escuelas y colegios del país. Decidimos quedarnos en casa porque la ciudad no sería el punto principal en el que el huracarán tocaría tierra. Tan pronto conciliamos el sueño, amaneció, con la tranquilidad que suele venir después de una tormenta.
Belice, tropical y caribeño, es un lugar con naturaleza tan pródiga que lo desastres también son naturales, principalmente los huracanes, cuya temporada se establece de junio a noviembre de cada año. Su ubicación geográfica lo sitúa en una zona de alto riesgo, misma que sin embargo, es un ricón protegido por el segundo mayor arrecife coralino del mundo y por la península de Yucatán. En un principio las tormentas no tenían nombre, pero se registra que el 9 de septiembre de 1931 la “tormenta 5” del año devastó la ciudad de Belice y dejó 2,500 muertos.
Se recuerda con tristeza –al igual que los chetumaleños- al huracán Janet, que el 27 de septiembre de 1955 con vientos de 175 millas/hora en la escala Saffir-Simpson afectó a San Pedro y a Corozal, población esta última que acabó siendo beneficiada cuando posteriormente y para levantarla el gobierno instaló la infraestructura que nunca había tenido, con lo que pudo tener una red de electricidad, agua potable y drenaje. El 27 de octubre de 1961, el Hattie destruyó el 75% de la entonces capital, Belize City, con categoria 5 y ráfagas de hasta 300 km/h. Tambien dañó a Honduras y Guatemala y se calcula que dejó 319 fallecidos y daños por 440 millones de dolares al valor actual. Este desastre provocó que se fundaran dos poblaciones, una nueva en el centro del país, a 80 km de la costa para establecer ahí Belmopán, palabra que tiene su origen en los ríos Belice y Mopán, la nueva capital de la todavía colonial Honduras Británica; la otra es Hattieville, distante a unos 20 km del mar, establecida para reubicar a la población de la ciudad afectada.
El Fifi fue un meteoro que el 19 de septiembre de 1974, con categoria 2, pasó con tal fuerza que logró cruzar el continente y llegar al Oceáno Pacífico, donde se le llamó Orlene. A Belice le golpeo con vientos de 175 km/h estimándose que los daños en Centroamérica fueron de 4 mill millones de dólares. A principios de los 80, un año antes de la independencia, el Hermine tocó costas beliceñas el 22 de septiembre, afectando también a la vecina Honduras.
El nuevo siglo registró la presencia del huracán Iris que entre el 4 y 9 de octubre de 2001 azotó con categoria 4 a Placencia, famoso balnerio en el sur de Belice destruyendo el 90% de sus instalaciones. En 2005 la Joya caribeña fue afectada por Keith, pero se salvó del Wilma y Berta, huracanes que castigaron la región, dañando considerablemente a Cancún, pero dos años después, el Dean y el Felix pasaron por el norte y sur de Belice provocando inundaciones y pérdidas económicas que no se comparan a las que Richard, el más reciente de los fenómenos metorológicos causó en Belize City, la capital y poblados aledaños, los cuales recibieron vientos sostenidos de un huracan de categoria 1, hasta 90 millas/h, no obstante su lejania de la costa, con daños calculados en casi 100 millones de dólares. Los hechos comprueban que las proyecciones estratégicas gubernamentales son superadas por la fuerza de la naturaleza.
Pese a los desastres y las vicisitudes, y a un mes del último huracán, Belice no pierde la alegría ni la esperanza y asume los riesgos como parte de la vida, con la fortuna de que los huracanes, a diferencia de otros desastres de la madre naturaleza pueden preverse para no perder vidas humanas y recordando que en situaciones como estas “después de la tempestad siempre viene la calma”.H
Vientos huracanados |
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