Toledo, la Tierra Olvidada del Sur
Publicado el 22/feb/2010 en el Diario de Yucatán.
Jorge Luis Hidalgo Castellanos
LOS DISTRITOS DE BELICE. Toledo Cuarta de cuatro partes.
De Staan Creek la “Carretera del sur” (Southern Highway) conduce al mas meridional de los distritos de Belice, Toledo, cuyo nombre nos evoca a España una vez más y como no, si estas tierras pertenecían a sus colonias de ultramar, en el nuevo mundo del siglo XVI, tan vastas que se dio el lujo de descuidarlas en beneficio de los británicos que encontraron un refugio en las costas centroamericanas cuando supieron como atravesar el bello, pero peligroso –para la navegación- arrecife coralino.
Victoria Peak in the Maya Mountains. La cordillera maya, en Belice |
Toledo es también vegetación pura y la parte más húmeda del país, con precipitaciones casi todo el año. Entre otras cosas uno encuentra extensos arrozales y plantaciones de bananos de exportación, donde las multinacionales monopolizan las cosechas de exquisitas frutas que consumen norteamericanos y europeos. Aquí también fueron famosos en los siglos XVIII y XIX los ingenios azucareros y los cañaverales, pues la lluvia en abundancia favorecía las plantaciones.
Toledo tiene quizá los más altos índices de pobreza de Belice, a pesar de tener riqueza en abundancia y exportar sus productos, lo que pareciera ser una constante en los países en desarrollo y nos recuerda a ciertas regiones de nuestro país, sobre todo Chiapas. Su población es reducida, con apenas unos 30 mil habitantes, la mayoría de los cuales vive en Punta Gorda, la mayor localidad del distrito. Es la parte de Belice con mayor presencia maya, de los quiché (q’iqché) y mopán, que coexisten con descendientes de colonos provenientes de la India, menonitas, norteamericanos emigrados después de la Guerra Civil en Estados Unidos y por supuesto negros. Entre estos últimos destacan los garinagu, aquel grupo descendiente de africanos y caribes con dotes artísticas.
Barranco es un pueblito casi en la frontera sur de Belice donde nació y fue enterrado Andy Palacio, el icono musical contemporáneo de Belice y el músico beliceño más conocido en el extranjero, quien era garífuna y cuya estrella se extinguió en el cenit de su carrera profesional, después de haber recorrido el mundo en su primera gira y antes de iniciarse el que hubiera sido el segundo y más exitoso World Tour del creador de “Wátina”, un disco muy recomendable grabado con The Garífuna Collective. Andy, embajador cultural de Belice, a quien tuve el gusto de conocer, nos dejó súbitamente víctima de un infarto en enero de 2008.
Ciudades mayas
Toledo cuenta también con varios sitios arqueológicos mayas abiertos al público, lo que es natural y común en todo el territorio beliceño, al final de cuentas es parte del Mundo Maya, junto con el sureste mexicano, Guatemala, Honduras y el Salvador. Tres de los más conocidos y mejor preservados en todo Belice son Lubaantún, Nim Li Punit y Uxbenká, lugares que se incluyen en la currícula que se enseña en Historia y Ciencias Sociales a los niños beliceños en las escuelas del país.
Otra forma de llegar a Toledo es por avioneta, lo que le permite ver desde el aire la belleza de sus selvas húmedas y siempre verdes (Rainforest). Un día normal en este distrito tiene sol, lluvia y neblina, aves de diversos colores que trinan sin parar y espectaculares paisajes. En Punta Gorda hay algunas playas y se disfruta del mar Caribe y el siempre presente arrecife de coral que se extiende de norte a sur por todo el litoral de este pequeño y hermoso país. Adentro, en las montañas mayas, la densa vegetación realmente hace olvidar la civilización y la jungla lo es todo con altos árboles de los que penden largas lianas, surcadas por innumerables arroyos y ríos como el Temash y el Sarstún (Sarstoon) que dan nombre a un parque nacional y reserva natural.
El río Sarstún es la frontera natural en el sur beliceño. El otro lado es guatemalteco, pero la gente es casi la misma, lo que es natural en una región fronteriza en cualquier parte del mundo. Si Belice es sinónimo de naturaleza, Toledo es la naturaleza pura, exuberante y virgen en varias de sus partes; no en vano sus habitantes la llaman la “tierra olvidada” (the Forgotten Land), en un doble sentido que denota beneficio y protección a la naturaleza, pero que a su escasa población le significa desatención a sus necesidades básicas, de salud, educación, comunicación y otros aspectos comunes de la vida del siglo XXI.
Para bailar
Algo con lo que en Belice se identifica a Toledo es la punta, ritmo frenético que invita a bailar hasta al más triste. Aunque esta parte de la cultura se comparte con Honduras, los beliceños en particular la bailan de una manera más que sensual, ruborizando a veces al forastero, pero nunca alejándolo del ritmo de las percusiones con que se interpretan ni del gusto de su danza. Algunos recordarán “Sopa de caracol”, una pieza muy conocida en México en los años 80 interpretada por un grupo hondureño. Esa es una de las más famosas canciones de punta en español, aunque “domesticada” para el consumo comercial internacional, es decir, menos salvaje y erótica. La sopa de caracol (Conch Soup) es, por cierto, un platillo típico de Toledo que afortunadamente se puede disfrutar también en otras partes de Belice cuando no hay veda del caracol. Toledo es toda una experiencia y con el terminamos este breve viaje por los seis distritos de Belice que nos tomo un mes con paradas semanales.H
Copyright 2010 Texto & Fotos: Hidalgo
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