Natural belleza

Un país pequeño con una gran belleza natural. Es una joya en el hermoso Caribe centroamericano.

A small country with a natural beauty. It is the "Jewel" of the Central-American Caribbean.

Um pequeno pais com uma beleza natural. E mesmo uma joia no formoso Caribe centroamericano.

Bienvenido a este blog trilingue. Welcome to this tri-lingual blog! Benvindo a este blog em tres linguas.

es...Belice. IT IS...BELIZE. é...Belize

es...Belice.  IT IS...BELIZE.  é...Belize
Belice (en Centroamérica)

lunes, 31 de mayo de 2010

Los garinagu de Belice


La cultura garifuna en Belice es conocida y motivo de orgullo de este país. La mayoría de los garinagu tienen talento artístico y sus manifestaciones han trascendido las fronteras de esta pequeña nación de Centroamérica.

Este grupo étnico de Belice también se localiza en otros países de la región y en el Caribe, sobre todo en San Vicente y las Granadinas. Algunos de sus más detacados miembros son Andy Palacio y Pen Cayetano, este último además de músico también es artista plástico. Después de más de 20 años de haber vivido en Alemania, en 2009 regresó a la cuna garifuna, en Dangriga donde tiene su propia galería de arte.


Visite Stann Creek y conozca más de esta maravillosa cultura!




The Garifuna culture is well known in Belize and part of its people's pride. Most of the Garinagu are gifted and their artistic manifestations are also known beyond this Central American country.

The Garifuna is an ethnic group that have conecctions with other nations in the region, including the Caribbean as St. Vincent and the Granadines. In Belize some famous Garifuna people are Andy Palacio and Pen Cayetano, being the latter not only musician but also a good painter who after have spent more than 20 years in Germany in 2009 he and his family returned to his craddle town: Dangriga where hi has his own Art Galery. Please, visit Stann Creek and get introduced to the wonderful Garifuna culture!


A cultura garifuna em Belize é conhecida, reconhecida e motivo de orgulho. A maioria dos Garinagu tem talento e suas manifestacoes artisticas sao conhecidas alem das fronteiras deste pequeno pais centroamericano.

Porén, este grupo etnico também está representado em outras partes da regiao e do Caribe, principalmente em Sao Vincente e as Granadines. Alguns dos seus mais detacados artistas em Belize sao Andy Palacio e Pen Cayetano, sendo este ultimo tambem um reconhecido artista plastico que morou ate 2009 -por mais de 20 anos- na Alemanha. Agora mora junto a sua familia na cuna garifuna de Belize: Dangriga onde ele tem uma Galeria de Arte.

Visite o Stann Creek e conheca mais e melhor esta maravilhosa cultura!

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Garifuna, es sinónimo de cultura en el país centroamericano (31/may/10)

GARIFUNA, SINONIMO DE CULTURA EN BELICE.

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

En el crisol étnico que existe en Belice, el pueblo garífuna es uno de los más atractivos e interesantes debido, entre otras cosas, a sus manifestaciones artísticas entre las que destacan la música y las artes plásticas.


Los garinagu, como debe llamarse correctamente en plural a este grupo de habitantes de Belice -y garifuna a su cultura e idioma- son descendientes de africanos y de los indios Caribes que originalmente habitaban lugares de Sudamérica y algunas islas del hoy llamado mar Caribe. Los historiadores dicen que en lo que ahora es San Vicente y las Granadinas, asi como en otros lugares de la región vivía un pueblo conocido como los Arawak y más tarde llegaron los caribes (Carib), quienes habrían dominado posteriormente. Se dice que era un pueblo indígena bravo, guerrero y antropófago que luchó contras los colonizadores europeos –franceses e ingleses- desde el siglo XVII. En la primera mitad de esa centuria, afirman los estudiosos, galeones europeos que transportaban esclavos desde Nigeria encallaron en algun lugar cercano a San Vicente y los naufragos africanos consiguieron llegar a las costas de la isla donde se establecieron. Los sobrevivientes y los guerreros caribeños se encontraron y se mezclaron, no sin problemas, en un largo proceso que dio como resultado a los caribes negros, la actual población garifuna.


En 1797 los británicos deportaron a los garinagu a Roatán, isla en posesión española de donde se les envió a Trujillo, también en lo que ahora es Honduras, de donde por cuestiones políticas salieron para dirigirse en 1832 a las costas de Stann Creek en Honduras Británica, colonia inglesa donde finalmente se asentaron despues de 200 años errando por el Caribe y Centroamérica.


Los garinagu tienen el idioma garifuna que los une e identifica, sin dejar de ser beliceños, pero conocen y reconocen los nexos con gariganu de otros lados como San Vicente, Honduras, Nicaragua y algunos que residen en EE UU. La cuna garifuna en Belice es Dangriga la mayor localidad en el distrito de Stann Creek, a donde se llega por la “carretera del colibrí” (Hummembird Highway) y donde se conmemora en grande uno de los días festivos de Belice, el 19 de noviembre “Día del asentamiento garifuna”. Garinagu de todas parte del país y de otras naciones se encuentran en esa fecha en Dangriga para festejar, con una misa católica celebrada en lengua garifuna, con acompañamiento musical de percusiones y cantos que rememoran los origenes africanos. También se recrea en la madrugada el desembarco de Elijio Beni, quien encabezó el peregrinaje a Belice en el siglo XIX y todo el día se escucha música, se canta y se baila casi sin descanso.


Preciamente el arte es lo que identifica a los garinagu en Belice. Nombres de pintores como Benjamin Nicholas y su hijo Isaac, Pen Cayetano, quien también es connotado músico con su The Turtle Shell Band y el más conocido artista de Belice en el mundo Andy Palacio, fallecido en la cúspide de su carrera en 2008, The Garifuna Collective, grupo extraordinario de músicos, así como Lugua y los tambores de Larubeya son solamente algunos ejemplos de la grandeza artística de este grupo étnico. Pero no todo se queda aquí, los garinagu tambien se distinguen en el deporte, la política, la educación y otros campos del conocimiento y la vida de Belice.


Un dato curioso es que la mayoría de los garinagu tienen apellidos españoles: Palacio, Guerrero, Martínez y García, entre otros, dennotan su paso por territorio hispano-hondureño y la mayoría habla además del garifuna, inglés, criollo y español.


Entre lo típico del folklore garifuna se destaca la Wanaragua o Danza de John Canoe, conocida tambien como Jonconnu y que se baila tambien en otras partes del Caribe, en la que los danzantes con máscaras de hombres blancos y cascabeles hechos de conchitas marinas bailan freneticamente a ritmo de los tambores.


Los garinagu mantienen una cultura única; pintan, bailan y cantan con sentimiento, y ponen en lo que hacen el alma negra, cobriza, caribeña y latina, misma que les inspira para crear obras que todos disfrutamos y que enriquecen al mundo desde Belice.H
Derechos reservados / Copyright 2010 Text & Photos: Hidalgo

jueves, 27 de mayo de 2010

De negocios en Belice



Aunque pequeño, Belice ofrece a los mexicanos y a todo el mundo en general oportunides para invertir. El consejo es lógico: conocer el país, su regimen jurídico mercantil y su cultura para porder tener éxito empresarial. Varios empresarios extranjeros ya hacen negocios en Belice. Aproveche, conózcalo y venga, se sorpenderá.




Its size does not mean that Belize cannot offer a lot to businessmen, not only neighbors from Mexico and Guatemala, but from all over the world. The logical advise: first know the environment (the country, its legal trade framework and its culture) in order to be sucessful. A number of foreign entreprenurs already have businesses in Belize. Take advantage of it, come to Belize and be surprised!








Belize, noentanto pequeno, em territorio e populacao, oferece aos vizinhos e ao mundo en geral oportunidades de investimento. O conselho logico é: conheca o pais, o marco juridico e sua cultura en geral para ter sucesso empresarial garantido. Varios homens de negocios extranjeiros ja tem contato com Belize. Aproveite a oportunidade, conheca o pais e vehna, ficará surpreso!


LOS NEGOCIOS CON BELICE

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Belice es un país en construcción, con muchas oportunidades en diversos sectores de la economía. Pero toda oportunidad conlleva riesgos y por ello se debe conocer el terreno que se pisa y en el caso de los negocios, se debe tener en cuenta no solamente la cultura –incluido el idioma- de lugar donde se quiere invertir o comerciar sino de preferencia también conocer el marco jurídico que existe.


Nuestro vecino del sur, con su escasa población, amplias porciones de terreno, riquezas naturales vastas y tan cerca de México presenta oportunidades para hacer negocios, pero hay que tomar en cuenta algunos aspectos. La economía de Belice está todavía muy cerrada en términos comerciales y no existe un acuerdo en la materia con México. Pensar en tener un tratado de libre comercio con nuestro país resulta una quimera, por lo que hay que enfocarse en otro tipo de instrumento. La cerrazón comercial se debe, en gran medida a 1). que la mayoría de los bienes se importan y el erario obtiene el 55% de su recaudación nacional de los aranceles y 2). a que no es una nación manufacturera y su mercado es pequeño. Lo anterior no quiere decir que no se produzca con calidad. Se puede afirmar que varios de los productos “made in Belize” son de óptima calidad y pueden competir en cualquier lugar del mundo, como por ejemplo las confituras y salsas picantes Marie Sharp o Lissette’s; la cerveza Belikin, con sus diversas presentaciones; los jugos Caribbean Pride o los camarones de granja que ya encontramos en el mercado de La Viga en el Distrito Federal y de ahí se distribuyen a todo México.


Varios empresarios locales, sin embargo carecen de una visión comercial internacional o prefieren tener un mercado cautivo –el de Belice- que implica poco esfuerzo y ganancias aseguradas, aunque menores. Por otra parte, se tiene la impresión –legítima y lógica- de que los empresarios mexicanos aniquilarían al empresariado beliceño, simplemente por su poder financiero y la asimetría en el tamaño de las economías de los dos países. En realidad eso no es así, como se ha demostrado con el caso del TLCAN entre México y sus dos vecinos del norte. Lo que sí hace es obligar al sector privado local a ser más competitivo. Aquellos que ya lo son y cuyos productos tienen calidad seguramente tendrían un mercado dos o tres veces superior que el que actualmente tienen en Belice dado el número de habitantes en México. Belikin, por ejemplo, aunque podría bajar sus ventas en su país, exportaría al nuestro fácilmente no menos de un millón de cajas de cerveza.


Pero los beliceños, con o sin acuerdo comercial, hacen negocios con México, sobre todo con los estados del Sureste. De Mérida vienen a Belice una buena parte de las envolturas de pan, frituras y envases. Allí también se imprime ese material –en inglés- y playeras, revistas, folletos, libros o rótulos especializados. Colorantes, saborizantes y otras materias para producir bebidas y alimentos son comprados en México. Algunos productos limitados por la legislación aduanera de Belice también, no obstante, se comercializan en este país, pues no hay que olvidar que por pequeña que sea la frontera, se tienen cientos de kilómetros que se aprovechan para cruzar las mercaderías. Otro tanto llega de Guatemala, con la que sí se tiene un acuerdo comercial parcial, aunque el contrabando también se da.


El gobierno beliceño promueve la inversión en su territorio y Beltraide es el organismo encargado de ello, facilitando a los interesados las referencias jurídicas necesarias, la infraestructura actual, reglas migratorias, estadísticas y los requisitos en general, así como los incentivos que el gobierno ofrece a los inversionistas. En esta oficina se puede conseguir también información sobre ferias, directorios y cámaras comerciales. Por cierto, en 2009 se estableció la Cámara de Comercio Belice-Chetumal encabezada por la CANACO-SERVyTUR del municipio de la capital quintanarroense.


Turismo, zona libre –en la frontera y en el aeropuerto de Belize City-, casinos, construcción, bebidas, alimentos, banca “off-shore” y agricultura son algunos de los sectores de la economía en los que se puede participar y como atractivo extra está el mercado de 14 países más, miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM), a la que se puede acceder si se tiene una empresa en Belice o se suscribe un acuerdo comercial bilateral que otorgue ese beneficio a las empresas mexicanas. Mucho depende de México y para ello hay que conocer bien al vecino.H



Derechos reservados / Copyright 2010.  Text & Photos: Hidalgo
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lunes, 17 de mayo de 2010

Lamanai, ruinas mayas en el río Nuevo


Además de naturaleza exuberante y preservada, en Belice se encuentran muchas ruinas mayas. En todos los distritos del país es posible visitar bien preservadas y restauradas piramides de diversos periodos, con accesos fluviales o por carreteras, terracerias o brechas que obligan al visitante a la aventura y a disfrutar de su viaje a Centroamérica.



Besides the great nature, still preserved and one of the few places in the world with such fauna and flora, you can find Maya ruins in Belize. In everyone of its six districts one can visit well-preserved or restored pyramids from different periods to which one can access through rivers, or earthy and dusty roads that give the opportunity to the visitor to live a real adventure and to enjoy his/her trip to Central America.


Além da fantástica natureza preservada en Belize, a gente pode encontrar ruinas maias impressionantes. Em todos os distritos do pais é possivel se visitar piramides restauradas e bem mantidas de diferentes periodos históricos aos quais pode-se chegar a través de rutas fluviais o por estradas de terra que fazen da viagem uma aventura para se disfrutar com alto astral a visita a Centroamérica.



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Lamanain, el lugar donde habitan los cocodrilos sumergidos (17/may/10)

LAMANAIN, EL COCODRILO SUMERGIDO.

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Surcando velozmente las aguas de un río ancho y profundo con generosa vegetación en ambas orillas que guarda infinidad de especies animales y de plantas se llega, después de casi dos horas, a una laguna de más de un kilómetro de diámetro, inimaginable y hermosa donde se desembarca para adentrarse en la selva y llegar a las pirámides de Lamanai, situadas a orillas de la laguna del río Nuevo (New River). También se puede ir por tierra, a través de una brecha sinuosa poco recomendable en época de lluvias.

La laguna desde la piramide
Indiana Jones no recorrió todavía el río Nuevo que pasa por los distritos de Orange Walk y de Corozal en el norte de Belice, pero sus películas bien podrían haberse filmado aquí y ni aun así se podría reflejar la belleza natural de esto lares del Belice profundo, a una hora de la frontera mexicana. El río es el mismo que desde la carretera del norte (Norther Highway) se ve al cruzar tres puentes en Orange Walk –dos de ellos de hierro-.

La salida se hace temprano desde los muelles fluviales de Orange Walk Town –la ciudad azucarera- en lanchas de motor fuera de borda que son capitaneadas por experimentados guías bilingües locales que podrían pasar por mexicanos o quizá lo son. Gilberto es uno de ellos, amable, paciente y conocedor de este río, que ha navegado desde hace 30 años y de las tierras donde los mayas encontraron tantos saurios que decidieron darle el nombre de Lamanain –nombre correcto en maya yucateco según los especialistas-, “el cocodrilo sumergido”. Sin embargo, y como sucedió en todo el continente a la llegada de los europeos, los nombres nativos cedieron ante la pronunciación errónea de los idiomas desconocidos para pasar a la historia y llegar a nuestros días de manera equivocada. Lamanai, sin la n, –dice Gilberto- significa insecto sumergido, de los cuales hay muchos, pero el contexto y hallazgos de esculturas y reproducciones de cocodrilos hacen que los arqueólogos, sobre todo los canadienses –David Pendergast del Royal Otario Museum y su esposa Liz Graham- que descubrieron y analizaron el lugar a partir de 1974 aseguren que el nombre realmente debe ser Lamanain.

En Lamanain existen varios edificios o pirámides bien preservados o restaurados, entre los que destacan el de los mascarones, el juego de pelota (pok-ta-pok) y la N10-43, la estructura del periodo Preclásico más alta de Mesoamérica con 34 metros de altura, hasta hace poco superior a cualquier edificio moderno del país. Desde ésta se puede divisar, por encima de los altos arboles como guanacastes, caobas, ceibas, corozos y gumbolimbos, el río Nuevo y su laguna, que forman un paisaje paradisiaco. Peculiaridades de este sitio arqueológico son un hallazgo de mercurio en una ofrenda maya y los dos mascarones de la pirámide de más de tres metros de altura cada uno que han sido protegidos por los especialistas para evitar la destrucción provocada por el paso del tiempo y las condiciones climáticas. Sobre las originales se han vaciado replicas idénticas para solaz y beneplácito de los turistas y estudiosos de los mayas que provenientes de todo el mundo llegan a Lamanain.

La zona cuenta con un buen parador y museo de sitio del departamento de Arqueología del Instituto Nacional de Cultura e Historia (NIHC, por sus siglas en inglés) que si bien nada pretencioso brinda la información necesaria al turista. Allí hay sanitarios, tiendas de suvenires y palapas para comer un delicioso arroz beliceño (Rice and Beans) con estofado de pollo (Stew Chicken), el más tradicional de los platillos de este país, acompañado de agua fresca de papaya que sabe a gloria después de un recorrido con temperaturas de 40°C en promedio. Normalmente el viaje incluye la comida a las 12:30 del día, la mejor hora para comer, sin duda.

Además de las ruinas mayas, se pueden ver diferentes insectos, monos y otros mamíferos y variedad de aves diferentes a las que se aprecian en el recorrido fluvial–halcones, carpinteros, martinpescadores y garzas-, donde por supuesto se llegan a ver cocodrilos y no siempre sumergidos en el río, sino acechando alguna presa o simplemente asoleándose, pues así es la vida en el trópico centroamericano.H



Abordando para ir a Lamanai.













Derechos reservados/Copyright








    Copyright 2010.     Texto & fotos: Hidalgo

viernes, 14 de mayo de 2010

Los simbolos nacionales de Belice

Un país se identifica y reconoce, entre otras cosas, por sus símbolos. Los de Belice son no sólo únicos sino bonitos e interesantes. Vea los vinculos que le presento para que pueda conocer más acerca de los simbolos beliceños.


The national symbols of Belize.

A country, among many other things, can be recognized and identified by its national symbols. The Belizean symbols are not only unique but atractive and interesting. Have a look to the links and you will find articles about them.

Os simbolos nacionais de Belize
Entre outras coisas, um pais se identifica e pode ser reconhecido a traves de seus simbolos nacionais. Os de Belize nao sao somente unicos e atraentes mas muito interesantes. Apresento aqui uns links para que voce possa ler dois artigos sobre os simbolos desta jovem nacao centroamericana.

Lea los artículos/Articles/Artigos

Los simbolos de Belice (primera parte) 3/may/10

LOS SIMBOLOS NACIONALES  DE BELICE (1/2)

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Los países tienen símbolos patrios que se utilizan para conformar una identidad nacional. Toda nación necesita de símbolos que le identifiquen y sirvan para cohesionar a su población dentro de su territorio y frente a otros países. Cuando un nuevo Estado soberano nace –producto de la descolonización, la secesión o la desintegración de uno antiguo- y establece sus símbolos nacionales, también instituye un ceremonial que tiene como objetivo educar cívicamente a su gente y refrendar su independencia o autonomía o confirmarla no solamente ante los extranjeros sino a los propios nacionales.

Tal es el caso de Belice, el país más joven de la región, con menos de 30 años de vida independiente –en 1981 dejó de ser colonia del Reino Unido de la Gran Bretaña- y que a diferencia de México que en 2010 conmemora el bicentenario de su movimiento de independencia, es un Estado de reciente creación que además enfrenta un reclamo territorial por parte de Guatemala. Este diferendum con su vecino su vecino del Oeste vulnera hasta cierto punto la soberanía beliceña y le obliga a educarse patrióticamente.

Belice tiene pues, sus símbolos: una bandera, un escudo, un himno y además, un árbol, una flor, un ave y un animal nacionales. Todos se enseñan obligatoriamente en las escuelas del país y los niños los aprenden desde muy pequeños, incluso los extranjeros que llegan a residir temporal o definitivamente a su territorio.
Bandera y escudo

La bandera de Belice es azul con dos franjas rojas horizontales en los extremos superior e inferior, lo cual refleja la herencia británica y los colores de los dos principales partidos políticos de la joven nación, el azul rey del PUP que se fundó antes de haberse independizado esta nación y que la gobernó a través del Sr. George Price, otro símbolo de Belice y quien ostenta el titulo de Padre de la Patria –el Miguel Hidalgo beliceño- por haber logrado la independencia de este país, conocido hasta principios de los años 70 como Honduras Británica.

A la original bandera azul diseñada por un comité Ad hoc y confeccionada por amas de casa de Belize City se le añadió el rojo que identifica al UDP, la otra gran fuerza política que nació en 1973 de la fusión de partidos –como el nacional y UBAD- que se conformaron con miembros que se separaron del partido azul, el PUP.

En un principio se colocaron dos franjas rojas verticales, para finalmente colocarlas horizontalmente.  En el centro, el lábaro patrio de Belice tiene el escudo nacional en un circulo ribeteado con una guirnalda de cincuenta hojas de caoba – simbolizando el año, 1950, en que el PUP asumió el poder- que encierra a dos leñadores con el torso desnudo, representando los grupos étnicos que fundaron la nación, cada uno cargando una herramienta de la industria maderera (un hacha y un remo –dado que los troncos se transportaban por los ríos en embarcaciones dirigidas con remos-) y en el centro otro escudo con herramientas cruzadas y un velero navegando el océano azul; encima y atrás de ese broquel se ve el árbol nacional, el caoba o Mahogany Tree (Swietenia macrophilla), madera preciosa que crecía en abundancia en estas tierras y que tanta riqueza dio a la metrópoli en tiempos coloniales, prueba de lo cual son los hermosos muebles que talentosos ebanistas europeos fabricaron a mano para la corte imperial y que todavía están en despachos y palacios londinenses. 

Aún ahora su explotación es constante porque su madera es muy apreciada aunque se hace de manera sustentable. El escudo nacional es rematado en su parte inferior con una serpentina con la inscripción latina “Sub Umbra Floreo” (Bajo la sombra florezco) en alusión a la sobra de los bosques tropicales y la riqueza de los mismos. La bandera beliceña es la única de un país independiente del mundo actual que reproduce figuras humanas, dándole un toque humanista. H 

Continuará...




Los simbolos de Belice (segunda parte) 10/may/10

LOS SÍMBOLOS NACIONALES  DE BELICE  (2/2)

Jorge Luis Hidalgo Castellanos

Otro importante símbolo nacional de Belice es su himno –de los más bellos en el mundo, por cierto-, único poética y musicalmente hablando. La letra es de Samuel Alfred Haynes quien la escribió en 1963 con el titulo original de “Tierra de los Dioses” (Land of the Gods) debido a la pluralidad religiosa en Honduras Británica y que al adoptarse como himno nacional se modificó para quedar como “Tierra de los [hombres] Libres”; fue musicalizada por Selwyn Walford Young.

El himno nacional alaba a los valientes colonos originales, los hombres de la bahía –Baymen- que se vivían en la pequeña isla de San Jorge, el primer asentamiento europeo en el país  –frente a las costas de la actual ciudad de Belice, a unos 15 minutos en lancha- quienes, según la historia beliceña, habrían derrotado a la Armada Española en la memorable batalla de Cayo San Jorge (St. George’s Caye Battle) en 1798. Es una oda al heroísmo y a las bellezas naturales de “la Joya” del mar Caribe (O, Land of the free by the Carib Sea) que menciona por ejemplo a los dos principales ríos que hacen frontera en el norte y el sur de nuestro vecino, el orgulloso Hondo y el viejo Sarstún, respectivamente.

El civismo en Belice obliga a que, además de las escuelas, el himno nacional se entone en todo acto oficial o evento público nacional o internacional gubernamental o no, con la flexibilidad de interpretarlo en cualquier ritmo e instrumento –versión original, calipso, marcha, al piano, con contrapunto (como la versión garifuna), blues o con las Steel Bands- algo impensable en México por las restricciones jurídicas correspondientes. Todo acto público en este país tiene después del himno nacional, invariablemente, una oración normalmente hecha por un sacerdote o pastor, cuya religión se rota en los actos gubernamentales para dar cabida a todos los credos que se profesan en esta nación.

Un dato que llama la atención es la proclividad local a denominar candorosamente a esta nación como “el país de Belice” y que suele copiarse en el Sureste mexicano. Lo escucha uno en las conversaciones coloquiales, en las tertulias de los medios de comunicación y en los discursos oficiales. La frase hace sentido en un país de reciente creación como Belice, pues sirve para reafirmar su independencia, dada su juventud en términos históricos y reiterar que es un Estado, no una colonia, es sin embargo erróneo usarla en México tanto para aplicarla a él como a otras naciones puesto que a nadie se le ocurre decir “el país de México” para referirse a nuestra patria, aunque hay que señalar que sí, que todavía y anacrónicamente hay quienes le dicen la “República Mexicana”, como si quisieran subrayar la forma de gobierno que opera en México, algo que quizá en la segunda mitad del siglo XIX se justificaba frente a la idea de establecer una monarquía o imperio, pero no en nuestros días.

En un país con exuberante y vasta flora y fauna, no podía dejar fuera símbolos que lo reflejen directamente. Así, la flor nacional de Belice es la orquídea negra o Black Orchid (Prosthechea cochleata / Encyclia cochleata) endémica de la región y de extraordinaria belleza, aunque ciertamente no es negra sino morada oscura, casi café con verde, lo que le da un exotismo y belleza únicas. Pero en Belice se encuentra una amplia variedad de orquídeas silvestres y se cultivan varias especies con ayuda de Taiwán.

En cuanto a la fauna, el tucán o Keel Billed Toucan (Ramphastos sulfuratos) es el ave nacional y se le puede ver en buena parte del territorio. Es común verlo en los patios y alamedas de la capital y de San Ignacio, en el distrito de Cayo, área montañosa y selvática. Son aves de pico tan grande como su cuerpo y de colores llamativos –azul, anaranjado, rojo y verde- que contrastan con el negro de su plumaje y su pecho amarillo, su trino se parece al croar de una rana. El tapir o Mountain Cow (Tapirus bairdii) es el animal nacional de Belice y el mayor mamífero terrestre en la América tropical –con hasta 300 kg de peso- también es posible verlo cuando se interna uno en las montañas y jungla del centro del país, que no cerca de Belize City. Su caza, por ley está prohibida y es más bien pariente del caballo que de las vacas, pese a su coloquial nombre de “vaca montañesa”.

Belice es pequeño y joven, rural y poco poblado, selvático y pantanoso, pluricultural y multiétnico, centroamericano y caribeño, sajón y latino, que habla inglés y español, pero es un país independiente y soberano, de apenas una generación que cada día se reafirma y se esfuerza por desarrollarse. Sus símbolos nacionales son parte de su identidad y unión. “¡Oh tierra libre, en el mar Caribe!”.H



Orquidea Negra/Black Orchid
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lunes, 10 de mayo de 2010

Artículos de enero a abril de 2010


Esta parte del blog nuestra la manera de ingresar o acceder directamente al Diario de Yucatán y en particular aquí podrá encontrarse los vinculos (links) electrónicos para los artículos de la columna Desde Belice publicados durante los meses de enero a abril de 2010.

Posteriormente, a partir de mayo, la liga será semanalmente colocada en este blog, con algunas fotos adicionales sobre Belice.

This part gives you direct access to the newspaper Diario de Yucatan, where the column Desde Belice is published in a weekly basis. Here you can also find access to each of the articles published from January to April 2010.

Starting May 2010, the link will be posted every week with additional pictures of Belize.
Eis a maneira de ingressar diretamente ao Diario de Yucatan, prestigiado jornal do Suleste do Mexico, assim como os "links" para ler os artigos publicados de Janeiro a Abril de 2010 da coluna DESDE BELIZE.

A partir de maio, o link será atualizado semanalmente, com fotos adicionais a materia que trata cada artigo.

2010
Enero/January/Janeiro

36 horas en la Ciudad Blanca (4/ene/10)


Si bien no soy de Yucatán como me gustaría, soy un mexicano al que le gusta viajar. Siempre que voy a la bella tierra del Mayab, lamento no poder quedarme más tiempo pese a que ese es mi deseo y cada vez que la visito, desde 1987 en que por primera vez lo hice llegando en autobús, encuentro nuevas cosas, descubro más su riqueza cultural y hago más amigos yucatecos.


Quiero compartir con los lectores de El Diario una breve crónica de mi más reciente visita a la capital yucateca, la cual por cierto conmemora el 6 de enero de 2010 su aniversario número 468, pues refleja la amplia gama de actividades que Yucatán ofrece –al forastero y al lugareño- para tan corto tiempo de estancia. Es una maravilla!


En esta ocasión arribé a Mérida a las 12:00 en punto del sábado 12 de diciembre, procedente de Belize City a bordo del todoterreno de mi amigo Domingo, un yucateco de cepa, conocedor de sus costumbres y cultura. Se trataba de aprovechar una escala en la Ciudad Blanca, teniendo como destino final México, para acudir a una cita con mi padre el lunes siguiente. Contaba con 43 horas para disfrutar de Mérida, incluyendo las dedicadas al sueño de dos noches –o para aprovechar la vida nocturna meridana- antes de abordar el vuelo de las 7 de la mañana del día 14, pero 36 horas efectivas.


Me hospedé a propósito en un céntrico hotel de la calle 55, casi al lado de la Iglesia de Santa Lucía, aunque estuve a punto de llegar a El Castellano, el Hyatt o el nuevo Ibis. No me arrepentí, la localización del hotel fue excelente, pues estaba decidido a recorrer el centro histórico y asistir el domingo a escuchar El Mesias con la prestigiada Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) -que gracias a Dios y a quienes la crearon existe para deleite del Sureste de México y de quienes residimos en el más pequeño de los países vecinos. Mérida es pues, un respiro cultural en la bella y tropical naturaleza centroamericana, que debemos aquilatar y aprovechar.


El parque de Santa Lucía me recordó las serenatas de los jueves que pasé alguna vez en Mérida, aunque no existía en ese entonces el Ki´XOCOLATL de al ladito, en el que bebí ahora un delicioso chocolate caliente y compré barras de chocolate elaboradas con exquisitos ingredientes mexicanos con la más pura tradición de Bélgica. Es que Mérida acoge, Me dicen, un buen número de extranjeros que la enriquecen y la proyectan. La plaza conserva la belleza de siempre y la mañana del domingo 13 disfruté en ella, vistiendo una tradicional guayabera y antes del mediodia, de música popular y buen baile con orquesta que de no haber sido por mi interés en ver a Lomonaco interpretando a Handel hubiera disfrutado hasta más tarde.


La comida del sábado fue con mi primo Víctor y su yucateca esposa Graciela en “Los Colonos” del Parque Alemán, lugar recomendable para degustar de manera sencilla parte de la gastronomía y que –noté- sólo cambió el techo de guano por el de concreto en 22 años –la primera vez que comí en él-, como consecuencia de un incendio. Tacos de cochinita, relleno negro, pavo, longaniza y chicharra fueron la introducción culinaria del fin de semana, acompañados de horchata y una reminiscencia de la cervecería local, con forma de botella: una clara y fria Montejo. En el trayecto mi primo me mostró el mercadillo navideño establecido en el remate del Paseo Montejo y algunos modernos centros comerciales. Visitamos –como debe ser- una tienda de guayaberas.


La tarde terminó con un recorrido por el sur del centro de la ciudad que ha pasado –y continúa- por un proceso de remodelacion y conservacion del estilo arquitectónico colonial, en la que visité brevemente la Ermita de Santa Isabel, monumento del siglo XVIII que cuenta con un jardín botánico y era conocida antiguamente como la Ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje por estar ubicada en el Camino Real de Campeche. La ermita funciona y está ubicadad en el lado oriente de la calle 66 sur.


Después de un breve descanso en el hotel, decidí recorrer la Plaza Grande –Zócalo para los del centro del país-, disfrutando del sabor de un helado de mamey que compré al pasar por el portal en la afamada y por todos conocida sorbetería Colón. Aprecié la Iglesia Catedral y la Casa Montejo y escuché a músicos que dedicaban melodias a quienes tomaban café, refresco o golosinas en los portales, en una agradable y fresca noche que comenzaba.


Me dirigí entonces al Teatro Daniel Ayala en la calle 60, a media cuadra de la Plaza Grande y que lleva el nombre del más destacado músico sinfonista de Yucatán. El lugar data del siglo XVII y era conocido como el “Cine Principal”, donde otro reconocido artista y titeretero del estado, Wilbert Herrera, presentaba en el marco del Festival Anual de las Artes-Otoño Cultural 2009 “Historias de un Crimen”, una opera-rock-jarana con títeres o guiñoles de su autoría, que recrea legendarias historias sobre Don Lucas de Gálvez y Montes de Oca, gobernador de Yucatán en el siglo XVIII que fue asesinado el 22 de junio de 1792 al salir de palacio. Wilbert tiene 50 años como artista y su trabajo ha sido reconocido por figuras de la talla de Jim Henson, creador de los Muppets, entre otros. El espectáculo gratuito realmente valió la pena y el teatro estaba lleno, pero tuve que salir a las 9 para poder llegar al Teatro Mérida.


El Mérida es un edificio de estilo Art Decó rescatado en el 2000 y que cuenta con tres salas, además de ser sede de la Cineteca estatal que exhibe periodicamente ciclos de cine de arte. En su sala principal presencié, con cierto retraso, la funcion de clausura –ahí me enteré- del XV Festival Internacional de Danza Contemporanea Oc´Ohtic que durante una semana llevó a Mérida compañías de danza de México y de por lo menos 5 países más. El sábado 12 correspondió a la Compagnie Herve Koubi dirigida por él mismo y Guillaume Gabriel complacer al público después de la protocolaria ceremonia de clausura con la presencia de altos funcionarios del estado y del INBA. La compañía francesa presentó un innovador programa que incluyó una singular versión del clásico Copelia (Coppélia, une fiancée aux yeux d´émail…) en la que la protagonista es vista con ojos de “niño mayor” y aparece vestida como una dominatriz, enfundada en ajustado traje de cuero negro y botas altísimas de plataforma y con tacón de aguja en lugar de zapatillas de ballet a la que Frantz, su enamorado, se somete para alcanzarla no sólo a ella sino a todo lo ella le inspira y la rodea. Una excelente versión, que ciertamente rompe el esquema y puede no haber gustado a los tradicionalistas, pero que es muestra de lo vanguardista que Mérida puede ser, en cuanto al arte se refiere.


Despues de un reparador sueño, el domingo 13 tomé el desayuno, a sugerencia y acompañado de Víctor, mi primo, en “Siqueff” restaurante de comida libanesa que se aloja en una colonial casona de la calle 60 y que prepara uno de los mejores y típicos huevos motuleños, quizá de los mejores y hay quien dice que ahí fueron creados. Regresé al hotel para vestirme a rigor –guayabera de manga larga, claro está- y asistir al Peón Contreras, teatro construido en 1908 –y que el gobierno rescató para darle la cara que ahora presenta- a escuchar a las 12 del día El Mesías, oratorio de Handel con la estupenda OSY, bajo la dirección del maestro Juan Carlos Lomonaco y un excelente coro dirigido por Luis Luna y las voces de Claudia Rodríguez, Ma. Eugenia Guerrero, Leonardo Villeda y Carlos Serrano.


Me encontré en la entrada a mi querida amiga Dalila, residente en Europa desde hace décadas, que estaba a compañada de Roberto y otra amiga, yucatecos todos que me invitaron a uno de los mejores lugares del teatro, desde donde disfruté El Mesias, mientras afuera caía un aguacero como los que sólo el Sureste es capaz de ofrecer. Posteriormente, en compañía de mis acompañantes y amigos nos dirigimos por la calle 60 hacia la Plaza Grande, en cuyo recorrido mis amigos comentaron con simpatía, el olor a k´omoh como consecuencia de los deshechos de las parvadas de aves que viven en los arboles y la lluvia que había caido. Conocí el “Nuevo Olimpo”, centro cultural de primer nivel que presenta muestras de artes plásticas y música, entre otras actividades. El almuerzo tardío lo hicimos en el hotel-boutique “Casa Lucía”, frente a la plaza de la santa del mismo nombre, donde además de los papadzules, nos bebimos un buen café.


El tiempo aún me alcanzaba para conocer la plaza de toros y mis amigos me dieron la botada al coso de Reforma, pues no quería perderme la primera corrida de la temporada, cuyo cartel incluía los mexicanos Octavio Sánchez “El Payo” y Arturo Macías “El Cejas”, además del español Morenito de Aranda, quienes se enfrentaron sin mucha suerte a toros de “Doña Celia Barbabosa”, con el apoyo de una simpática y animada afición que otorgó algunas orejas. Me tocó, pues llegué tarde, un lugar en sol, pero con la ventaja que de que habiendo sido un día nublado y la lluvia del mediodia hizo que refrescara la tarde.


Después de los toros, me trasladé a la casa de unos amigos en Monte Cristo, en el norte de la ciudad, para saludarles y compartir los festejos de las Bodas de Oro de sus padres, de manera que pude comer Relleno Negro y Cochinita Pibil con un buen vino tinto y cantando acompañados por una guitarra, lo que tuve que dejar a medias antes de las 10 de la noche pues todavía quise llegar a la tienda de Euan, en la 62 casi frente al Teatro Mérida a comprarme unas guayaberas de manufactura local, tan necesarias en Belice, pues ya que no tengo obligación de usar corbata y traje en mi oficina aprovecho para vestir la comoda y fresca prenda típica de Yucatán.


36 horas efectivas bastaron para poder hacer lo que describí y no pude hacer más porque había que preparse para la partida que me obligaba a dejar mi hotel en la madrugada (5:30 am) para no molestar a los empleados de Volaris, aerolinea, por cierto, de buena calidad y que cumple las garantías que ofrece, puesto que al final la salida se retrasó una hora debido a la neblina y me abonaron 850 pesos para un próximo viaje, que espero sea para retornar a Mérida una vez más. Ojalá muy pronto. H

El vecino desconocido no difiere tanto de nosotros (11/ene/10)

EL VECINO DESCONOCIDO.
A los mexicanos en general nos es familiar el nombre de Belice; todos sabemos que es un país con el que el nuestro tiene frontera en la parte sur, así nos los han enseñado en las clases de geografía desde hace por lo menos 30 años. Algunos saben algo más de esa nación e incluso que era una colonia inglesa y que obtuvo su independencia hace no mucho tiempo. La inmensa mayoría, sin embargo, nunca hemos estado en Belice y lo desconocemos a grado tal que hay quienes creen –no muchos, afortunadamente- que es una isla del Caribe.

En efecto, Belice es más caribeño que centroamericano y más anglosajón que latino, a pesar de estar en la parte central del continente y formar parte del istmo, pero no es una isla; ello es resultado de su historia y del aislamiento en el que hasta hace poco se encontraba provocado de forma deliberada o involuntaria por sus propios habitantes y los de los países de la región, con la excepción –quizá- de los guatemaltecos debido al añejo diferendo territorial que sostienen.

Más allá de saber que es un pequeño país vecino, lo cierto es que en México se desconoce a Belice y a los beliceños. Pero tampoco es la excepción, porque estrictamente hablando tampoco se conoce a los otros dos vecinos –EE UU y Guatemala- aunque por supuesto, la relación con EE UU tiene larga historia y la influencia del gigante del norte está en casi todo aspecto de nuestra vida diaria, incluyendo las remesas de nuestros paisanos, y por ello lo tenemos más presente. Lo más desconcertante es darse cuenta que los estados del Sureste en general –con los que comparte tanto- y Quintana Roo en particular, cuya ciudad capital dista 10 minutos de la frontera, también tiene escaso conocimiento del país con el que hace frontera.

Como esta columna del Diario se escribe Desde Belice, creemos necesario hacer una breve descripción de ese país para ubicar mejor al lector y que las próximas entregas sea dedicadas a dar cuenta de otros aspectos interesantes de la nación vecina que queda solamente a escasas dos horas y media de los límites del sur de Yucatán y con el que le unen lazos de sangre, tradiciones y cultura en general, que ya describiremos.

Belice es un país que siendo colonia del Reino Unido de la Gran Bretaña se llamaba Honduras Británica. Su principal ciudad se llamaba Belice, al igual que el principal río del país que lo recorre de occidente a oriente y desemboca en el mar Caribe, precisamente en el área donde se asentó dicha ciudad, su capital durante mucho tiempo. En la década de los 70, los colonos lograron que el nombre del país cambiara, a pesar de seguir siendo una colonia británica, para llamarse Belice (Belize en inglés). El 21 de septiembre de 1981, Belice consiguió su independencia y se constituyó en una democracia parlamentaria basada en el sistema de Westminster, miembro de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), antes Mancomunidad Británica de Naciones. A diferencia de México y del resto de los países de la región –en su parte continental- no tiene un sistema político presidencial ni se elige directamente a sus Jefes de Estado y de Gobierno, sino que el partido que obtiene la mayoría de los escaños de diputados en las elecciones generales conforma un gobierno encabezado por el líder de dicho partido –siempre y cuando también haya ganado la curul en su respectivo distrito electoral- quien asume la posición de Primer Ministro (Jefe de Gobierno). El gobierno se compone de varios ministerios que integran un Gabinete, que es designado por el Gobernador General (Jefe de Estado) de Belice a propuesta del Primer Ministro. El Gobernador General es un ciudadano beliceño nombrado por la Reina británica, todavía la soberana de este país, misma cuyo retrato aparece en todos los billetes y monedas locales.

Políticamente existe la división tripartita de poderes y el Parlamento de Belice (Asamblea Nacional) cuenta con dos cámaras como el Congreso mexicano, de las cuales solamente la de Diputados (House of Representatives) es elegida mediante voto directo, con excepción de quien la preside, cargo que normalmente recae en una persona afín al partido que obtiene la mayoría de la Cámara. Actualmente el país se divide en 31 divisiones electorales, con lo que existe otro tanto de escaños, más el presidente de la Cámara baja. El Senado es la segunda cámara parlamentaria del poder legislativo de Belice y se compone de 12 miembros, más su presidente, que al igual que con los diputados le corresponde al partido mayoritario. Sin embargo, los senadores no son electos directamente por la ciudadanía sino que son seleccionados por los partidos y grupos de interés como las iglesias, el sector privado y los sindicatos.

Todos los miembros del gabinete deben pertenecer al Parlamento, ya sean diputados o senadores, lo que hace que casi la mitad de los diputados sean también ministros y detenten en muchos de los casos más de una cartera ministerial, como es el caso del Ministro de Asuntos Exteriores y Comercio Exterior quien además es el Procurador General. Lo mismo pasa con Turismo, Aviación Civil y Cultura o con el titular de Servicios Públicos, Transporte, Comunicaciones y Gestión de Desastres. Esta si es una diferencia con nuestro país puesto que en Belice se puede ser miembro de dos poderes al mismo tiempo; cosas del sistema parlamentario.

Llama la atención lo pequeño de los poderes Ejecutivo y Legislativo, pero ello se explica con el número de habitantes que se dice hay en Belice: alrededor de 350 mil habitantes y Belize City, la mayor ciudad, tiene 75 mil personas aproximadamente. Es decir, el número de representantes políticos es proporcional a la población, si bien, como el censo de este año lo reflejará, la cantidad real de habitantes en todo el país sobrepasa el medio millón; la mitad de la que existe sólo en Mérida. Belice es pues, el país centroamericano con menor población en una extensión territorial de casi 23 mil km², o sea casi el tamaño que tiene el estado de Tabasco. Si se considera estos dos datos resulta que Belice cuenta con bastante terreno, además de un largo litoral.

Con México, Belice comparte una frontera terrestre de 150 km de extensión, en su mayor parte con el estado de Quintana Roo y limitado naturalmente por el rio Hondo y el arroyo Azul. Una pequeña parte colinda con Campeche, en el ángulo superior que hace con Guatemala. Además, compartimos la bahía de Chetumal, un área rica en biodiversidad con flora y fauna endémicas pero con aguas rasas que no permiten la navegación de buques de gran calado. La frontera marítima cruza casi horizontalmente la bahía y evita el acceso desde territorio mexicano al mar Caribe, lo que no evita a las naves mexicanas navegar puesto que tienen derecho de paso ad perpetuam en virtud de un acuerdo bilateral vigente desde finales del siglo XIX.

Posteriormente nos referiremos otros aspectos de Belice, por ahora los datos mencionados son suficientes y no pretenden nada más que coadyuvar a facilitar el conocimiento de un vecino próximo a Yucatán, bajo la premisa de que ello permite comprenderlo para tener una relación amistosa y de cooperación. Yucatán ha tenido y tiene una fuerte presencia en Belice y ahí reside la importancia de que lo conozcamos mejor. Debemos evitar algo similar a lo que Alan Riding tituló Vecinos Distantes, relacionado con nuestro vecino del norte, puesto que en el sur, si bien Belice puede ser todavía el vecino desconocido, no es tan distante y tiene más similitudes con nosotros que diferencias. Los beliceños así lo piensan.H
Blue Moon y su influencia en el frio tropical (18/ene/10)

BLUE MOON Y EL FRIO TROPICAL.
El trópico también puede ser frío; eso lo sabe todo yucateco, pues los nortes son frecuentes en el invierno y la temperatura cae incluso en las tórridas latitudes del Mayab. Los primeros días de enero de 2010 han sido particularmente fríos –helados dijeran algunos- no solamente en la península sino también en Belice.

En Belice hay quienes creen que se debe a la Luna Azul (Blue Moon) que caracterizó la Nochevieja, es decir, la última noche de 2009. Se conoce como luna azul a la 2ª luna de un mes o la 13ª luna llena del año, cosa inusual, pero no rara, que acontece más o menos cada 2 años y medio y que rompe la regla de tener una luna llena cada mes. Lo interesante del caso es que además, tener luna azul en diciembre sucede cada 19 años aproximadamente por lo que la próxima se verá en 2028. Algunas personas creen que ese fenómeno astronómico afecta el clima, entre otras cosas. La verdad es que si bien la luna sí tiene efectos en nuestro planeta, el tiempo helado tiene una explicación meteorológica y ha sido el resultado de un “bloqueo” producido por severas corrientes y frentes fríos que han afectado todo el hemisferio norte del planeta.

Desde el primer día del año, Belice ha experimentado uno de los más fríos inviernos, con temperaturas que han descendido hasta casi 10 grados centígrados, con una humedad de 85 por ciento. El Año Nuevo fue lluvioso y con vientos propios de una tempestad. Los Santos Reyes, que sólo los mexicanos festejamos en Belice, puesto que a los niños beliceños les trae regalos Santa Clós, llegaron con clima frío, el cual se prolongó hasta estos días y llegó a registrarse una temperatura de 11 grados en las montañas y 13 en la costa, sintiéndose, debido a la alta humedad, por lo menos 5 grado centígrados menos; aparecen entonces las chamarras, los chalecos y los suéteres.

Belice es un país cuyo clima, ya lo hemos dicho en previos artículos, es muy similar al del Sureste de la República, con un promedio de 30 grados y una humedad muy alta, sobre todo en la ciudad de Belice; consecuencia no sólo de su ubicación costera sino a que está construida en una zona pantanosa en el delta del río Belice –que en la ciudad se conoce como Haulover Creek- (FOTO) y por si fuera poco, a un pie abajo del nivel del mar, aproximadamente. Por fortuna, la brisa del mar Caribe refresca la ciudad y hace la vida “más sabrosa” como debe ser en el mar, pero no evita una transpiración constante y permanente que por otra parte evita la resequedad de la piel –hay que encontrarle lo positivo-.

La mayor parte del país es de tierras bajas y planas, pantanosas, con una zona montañosa –la llamada cordillera maya (Maya Mountains)- que desciende desde el centro de Belice hasta el río Sarstún en el sur, colindando con Guatemala y muy cerca de Honduras, en el Golfo del mismo nombre. Esta parte es territorio selvático con vastos y profundos ríos, por lo que el agua es lo que no falta en nuestro vecino del sur, tanta que el riesgo es que haya inundaciones, igual que en Tabasco, estado que tiene casi el mismo tamaño de Belice, por cierto.

El país cuenta en su litoral, de norte a sur (298 km), con el segundo mayor arrecife coralino del mundo, mismo que comparte con nuestro Caribe, Guatemala y Honduras; todos conforman lo que se conoce como Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) con una extensión de casi mil km. El arrecife, a lo largo de los siglos, ha detenido el oleaje que transforma las rocas en arena para formar las playas, por lo que es increíble ver que en la ciudad de Belice y en general en el 75 por ciento del litoral beliceño no hay playas. Los beliceños y los turistas que quieren ir a la playa viajan a San Pedro –la isla bonita- en Cayo Ambergris, Placencia, en el sur, o a los cientos de cayos que existen en Belice. Es decir, Belice sí es un paraíso caribeño, pero pensar en sus playas y hermosas aguas no significa que la ciudad en la que está su único aeropuerto internacional nos permitirá pisarlas en cuanto bajemos del avión o bañarnos en su mar; no, para ello hay que abordar un bote o una avioneta que nos lleve a la playa.

Los manglares propios de la zona en la que se asentó a la ciudad de Belice, naturales en un área arrecifal, obligaron a los colonos ingleses a diseñar un sistema de diques, zanjas y canales que permitiera que las frecuentes inundaciones producto de usuales avenidas del río Belice o las constantes y torrenciales lluvias rápidamente se evacuaran saliendo al mar, pues parte de la ciudad está entre el Haulover Creek y el mar. La ciudad también se lavaba así. Por ello, los ingenieros de la colonia británica hicieron cavar en todas las calles de Belize City zanjas al pie de las casas –la mayoría en palafitos (FOTO) en esa época- o terrenos a los que los pobladores muchas veces arrojaban aguas grises –nada nuevo, dado que en la colonia española se decía “agua va” al arrojar a las calles de nuestras ciudades aguas no tan limpias-. Este, creo, es uno de los mitos que hasta la fecha persisten entre los mexicanos y otros extranjeros que han visitado el lugar, quienes se imaginan que el drenaje de la ciudad va por esos diques al aire libre. Les aseguro que no.

Las aguas negras en la actualidad, sin negar que las aguas marinas estén contaminadas, son depositadas en fosas sépticas y las principales avenidas y calles de Belize City cuentan con aceras que cubren las zanjas haciéndolas invisibles y sirviendo de acueductos. La mayoría de las veces el mar frente a la ciudad se ve oscuro debido a que el río Belice desemboca en él, con dos grandes salidas –en el norte y el sur- en las que arroja lodo y troncos, que acarrea desde las montañas guatemaltecas, atravesando a lo ancho Belice, sobre todo después de intensas lluvias. Ese hecho provoca que el agua dulce y la marina se revuelvan, haciendo el efecto más evidente porque el arrecife y los bancos de arena provocan que las aguas del litoral beliceño sean rasas, tanto como las del litoral yucateco. En cambio, el arrecife en sí es un paraíso para bucear debido a la diversidad de la fauna y flora marinas y su incomparable belleza.

El sistema de diques y zanjas fue usual en las colonias inglesas, lo que se puede apreciar también –y todavía- sobre todo en África o Asia, y en el caso de Belice en todo el territorio, incluyendo en su capital, Belmopan, la cual a pesar de estar en un terreno alto, en plena jungla en el distrito de Cayo, también controla sus aguas pluviales con zanjas que rodean incluso edificios públicos como el palacio legislativo o los ministerios (FOTO). Es cierto que este sistema impresiona al viajero mexicano, pero hay que decir que no sólo sirven para evacuar el agua de la lluvia sino que incluso sirve de protección a las casas o edificios pues los coches difícilmente atraviesan los diques, que forman una especie de foso o trinchera, que periódicamente se limpia y se desazolva. Nada a lo que cualquier residente no se acostumbre pronto y es que Belice es similar a México en muchos aspectos, pero diferente en muchos otros. Es otro país.

Solidaridad: Nuestro profundo pesar y apoyo moral a Haití, hermoso país que tanto ha sufrido históricamente y ahora llora las víctimas del terremoto de la semana pasada.H
Los indios, una comunidad que ha dejado una huella cultural (25/ene/10)

LOS INDIOS DE BELICE.
Nos referíamos en columnas anteriores y someramente a la población de Belice, la cual consta apenas de medio millón de almas, pero que es un crisol de grupos étnicos provenientes de diferentes partes del mundo. Es importante subrayar esto porque en México la mayoría tenemos la impresión de que nuestro pequeño vecino del sur está habitado primordialmente por gente de origen africano, de la parte subsahariana del también conocido como continente negro y, en todo caso por ingleses natos o de ese origen.

La población beliceña, de hecho es lo que en inglés se denomina “melting pot”, es decir la mezcla de varios grupos étnicos en un solo territorio, siendo éstos de origen africano, europeo, americano y asiático. Este último, el de Asia, tiene presencia en Belice básicamente a través de dos ramas: la china –Taiwán y la República Popular- y la india, de la cual referiré algunos datos a continuación.

India, uno de los gigantes de Asia, con más de mil millones de habitantes, sólo detrás de China, cuenta con una diáspora proporcional a su población, principalmente en países de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) en parte por la afinidad del idioma inglés y el pasado histórico, lo que incluso ha hecho que su gobierno cuente con un Ministerio de Asuntos Indios en el Extranjero. Periódicas oleadas de indios, no todos de religión hindú, por lo que no les puedo llamar hindúes, se trasladaron o fueron obligados a hacerlo por los colonizadores del imperio a varias de las ex colonias británicas ubicadas en el Caribe, incluyendo las que no eran islas como Honduras Británica y Guyana Británica, hoy Belice y Guyana, respectivamente. La asimilación a estas tierras fue inmediata debido, en cierta medida, a que la mayoría de los migrantes que no lo eran se convirtieron al cristianismo, con lo que se asimilaron a un grado tal que en Guyana han ocupado cargos políticos de importancia como el de Presidente o Primer Ministro y su población actual es mayoritariamente de ese origen.

En Belice la comunidad india no ha sido estudiada realmente como en Guyana, Suriname o Trinidad y Tobago, y los indios –llamados originalmente “East Indians” para diferenciarlos de los amerindios- no han tenido un desarrollo considerable, si bien representan aproximadamente el 7 por ciento de la población total del país. Se localizan en todo el territorio, pero principalmente en Corozal, la ciudad de Belice y en el sur. La vida urbana les ha favorecido para dedicarse a diversas actividades comerciales, entre ellas la venta de ropa, textiles, abarrotes y electrónicos, mientras que en el campo se dedican al cultivo de caña de azúcar, arroz y banano. Los yucatecos que hayan visitado la Zona Libre de Corozal seguramente los han visto como dependientes o propietarios de varias tiendas, hablando en español además de inglés, kriol, hindi o urdu.

La influencia de los indios es tal que algunos platillos típicos beliceños en el distrito de Toledo, por ejemplo, son en realidad variantes locales de comida india y sazonan su cocina (tacari) con cúrcuma (turmeric hardi), un polvo amarillo proveniente de una raíz que ahora es preparado y vendido por los mayas de la región. En Corozal existe el primero de los museos indios en el mundo occidental. El Dr. Kumar Mahabir, un antropólogo de Trinidad y Tobago que investiga la diáspora india visitó Belice en septiembre de 2009 y encontró que a diferencia de otros países, un buen número de los indios que llegaron a Belice en los siglos pasados… se “acriollaron”, principalmente porque dejaron el hinduismo y adoptaron religiones cristianas, “siendo ahora adventistas, metodistas y anglicanos…” y …“se casaron con gente de otros grupos étnicos, perdiendo su cultura tradicional, pero han conservado su comida (Curry) y observan todavía el Hosay (un desfile de mausoleos coloridos) o la Muharram (festividad islámica que da inicio al año lunar indio) así como los ritos fúnebres como ofrecer alimentos a las almas que se van”.

Según datos de la Biblioteca Nacional de Belice (NLSB, por sus siglas en inglés), los indios emigraron a Belice en dos oleadas a mediados del siglo XIX; la primera procedente de Jamaica en 1857 a donde habían llegado los primeros East Indians en 1938 como fuerza laboral una vez que se abolió la esclavitud en esa parte del mundo. Fueron tres mil indios que arribaron a la otrora Honduras Británica, 382 de los cuales habían nacido en India. La segunda tanda fue de soldados rebeldes con sus familias provenientes desde India en 1858, deportados por el Parlamento británico como consecuencia de lo que se conoce como la Primera Guerra de Independencia india.

El Dr. Mahabir señala que los primeros indios se asentaron en Charlotte Street de Belize City, calle que se conocía como “Coolie Town” en referencia a un despectivo nombre –coolie- que se les daba a los indios e incluso a los chinos, en Honduras Británica y en otras colonias, mismo que fue abolido en Belice mediante una ley, a mediados del siglo XX por su connotación peyorativa y discriminatoria. Muchos de estos inmigrantes fueron víctimas de un huracán que devastó la ciudad el 10 de septiembre de 1931; es el meteoro que más víctimas ha cobrado en la historia de Belice, sumando 2,500 fallecidos. La fecha es ahora un día festivo en Belice que conmemora la Batalla de Cayo San Jorge y debía ser también una fecha trágica, un Memorial Day.

El Cónsul Honorario de India en Belice, Arún Hotchandani, radicado en este lugar hace muchos años es un ejemplo de lo que puede lograr la diáspora india. Es un empresario exitoso que también habla español y junto con su esposa Milan y sus hijos vive en Belize City, ciudad a la que el lunes pasado trajo con el apoyo de su Embajada en México un excelente grupo de danza Kathak.

Según Wikipedia (versión inglesa) “Kathak es la mayor danza clásica del norte de India. El término kathak significa ‘contar una historia’ y se deriva de los dramas dancísticos de la antigua India. Cuando el mecenazgo pasó de los templos a las cortes también cambió el énfasis en historias religiosas de este tipo de danza para ser un baile de entretenimiento. Actualmente, el contar historias casi dejo de existir para darle prioridad a lo dancístico, como una forma abstracta de explorar el ritmo y el movimiento.”

El grupo se presentó el 18 de enero en el Bliss Centre for the Performing Arts en una función única que deleito a quienes tuvimos oportunidad de asistir al evento. Cinco soberbias bailarinas deleitaron a un público ávido aunque poco acostumbrado a ver manifestaciones culturales de lugares tan lejanos, si bien, insisto, la cultura india no es extraña debido a la población y al festejo del Diwali, el año nuevo indio –basado en la luna- que su comunidad festeja anualmente en octubre o noviembre. Fue todo un espectáculo no solamente por los gráciles movimientos de las exponentes con reminiscencias pantomímicas, a través de las cuales realmente contaban historias, sino por el colorido del vestuario y la belleza de las bailarinas, todas ellas universitarias, acompañadas de música basada en percusiones y cánticos. El grupo se presentó también en nuestro país, en la capital y en Monterrey.

Belice es toda una experiencia culturalmente hablando, que desafortunadamente desconocemos en México, la cultura india es sólo una pequeña parte. Mi familia y yo hemos disfrutado de la compañía, vestidos, tradiciones y sobre todo de la deliciosa gastronomía india en casa de amigos como los Chawla o los Hotchandani, por lo que cuando visite usted Belize City le recomiendo que conozca “Sumathi”, un restaurante de comida india localizado en Princess Margaret Drive, en el barrio Kings Park, una avenida costera que le lleva al Instituto de México, le aseguro que le gustará. H
Febrero/February/Fevereiro
Un pequeño país conformado por 6 distritos (1/feb/10)

San Pedro, cerca de México en geografía y corazón (8/feb/10)
Stann Creek, immersion en la exuberante belleza verde (15/feb/10)

Toledo, la "tierra olvidada" del Sur (22/feb/10)


Marzo/March/Marco
El Instituto de México en Belice, bastión del arte (1/mar/10)
Barry Bowen, un caballero beliceño (8/mar/10)

BARRY BOWEN, UN SIR BELICEÑO.
La herencia inglesa en Belice, si bien no tan acentuada como en otras de las ex colonias británicas del Caribe, se siente a través de varias cosas o costumbres que nos recuerdan la conformación histórica de este joven país de Centroamérica y que lo diferencian de sus vecinos, pues dejando aparte el origen indoamericano, todos tienen tradición y cultura españolas.

Una de esas reminiscencias del Reino Unido de la Gran Bretaña en Belice es que, dada su condición de ex colonia que reconoce a la reina Isabel y como miembro de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), la real Jefa de Estado otorga a los beliceños que se han distinguido por servicios a la nación y a la Corona títulos nobiliarios. Tal es el caso de sir Barry M. Bowen, uno de los tres beliceños –entre ellos un ex Primer Ministro- a los que la Reina confirió el título de Caballero de la Muy Distinguida Orden de San Miguel y San Jorge (Knight Commander of the Most Distinguished Order of St. Michael and St. George), lo cual da derecho a utilizar el título de Sir. Esto en los países con regímenes republicanos, como México, suena a personaje de película o de novela caballeresca, pero en Belice esto es serio y se lleva en serio, a grado tal de que a dichos sires de la Corona se les otorgan prerrogativas y cortesías oficiales.

Sir Bowen falleció el viernes 26 de febrero de 2010 en un accidente aéreo a poco más de 500 metros del pequeño aeropuerto de San Pedro –donde vivía desde hace más de 30 años-, al intentar aterrizar su avión privado. Con él comandando la nave iba una joven familia de profesores estadounidenses y sus dos pequeños que junto con el Sir asistirían a un evento para recaudar fondos para las escuelas que Barry Bowen patrocinaba en Belice. El accidente y en particular el deceso a los 64 años de edad de uno de los hombres más influyentes, exitosos, conocidos y respetados de Belice ha conmocionado al país.

El gobierno organizó un funeral oficial (FOTO) la mañana del martes 2 de marzo en la catedral anglicana de San Juan (FOTO) en Belize City, que tuvo amplia concurrencia: familiares, políticos –incluyendo el Primer Ministro–, empresarios, miembros del cuerpo diplomático amigos, cientos de amigos y la prensa. El cortejo fúnebre fue escoltado por el ejército que disparó salvas y redobló los tambores en duelo en camino hacia el cementerio de Santa Rita en San Ignacio, Cayo, a dos horas de la ciudad donde también descansan los restos de Eric y Emily, sus padres.

Miembro de una familia beliceña de cepa cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, de aquellos Baymen heroicos que menciona el bello himno nacional de Belice que se entonó en su funeral, Sir Barry Bowen mostró desde joven su carácter, firmeza y visión empresarial cobijado por su padre, el fundador de una pequeña embotelladora y de la cervecería Belikin, nombre de la única cerveza beliceña que se produce en una fábrica de alta tecnología manejada por su hijo Kevin e inaugurada por el Primer Ministro George Price en Ladyville en los 60’s, en las inmediaciones de Belize City y bajo el cuidado de maestros cerveceros alemanes de amplia experiencia. Los mexicanos o extranjeros –incluyendo los de origen germánico y otros de tradición cervecera- que hayan probado alguna de las cervezas Belikin saben que los productos son de calidad y van desde la muy ligera y clara Lighthouse –cuya etiqueta reproduce el faro de la tumba del Barón Bliss, un benefactor inglés que tiene en su honor un día festivo en Belice (9 de marzo)–, la típica Belikin o la excelente Premium, ambas color ambar, hasta las oscuras Stout y Guinnes, fuertes y densos derivados de la malta.

Con el tiempo, Barry se hizo presidente de Bowen & Bowen Ltd., conglomerado que además de la cervecería tiene las embotelladoras de Coca Cola y otros conocidos refrescos de marca internacional, otras bebidas locales y el agua purificada Cristal. Sus inversiones en Belice incluyen concesionarias de automotores, ranchos, ganado, granja y procesadora de camarones, productos alimenticios y restaurantes; era propietario de una buena porción del territorio beliceño. Por cierto, en Gallon Jug, Distrito de Orange Walk, donde estableció Chan Chich, un reputado hotel ecológico y aparte un rancho ganadero que produce carne de buena calidad –hay que probar las hamburguesas en sus restaurantes– no era más que una comarca llena de vegetación, Sir Bowen estableció un pueblito y fundó una primaria de calidad para los hijos de sus trabajadores, en la que hay profesores beliceños y estadounidenses, dos de los cuales perecieron junto a él y cuyo nombre tendrá ahora la escuela. Otra más fue establecida y patrocinada por Bowen & Bowen en San Pedro; es la Island Academy donde tenía lugar el acto recaudador de fondos al que se dirigía Barry el pasado viernes en la tarde y donde le esperaba Lady Dixie, su esposa.

Sir Bowen fue un hombre de negocios beliceño, amante de su país que invirtió en Belice lo que ganó, en empresas donde laboran más de 1,500 personas. Patrocinaba diversos organismos de beneficencia y caridad. Su vida de trabajo arduo y disciplinado y los desafíos, éxitos y descalabros, lo llevaron también a la política donde fue senador en 1998, siempre guiado por los principios sólidos que inculcó a sus hijos: Shelley, Kevin, Michael, Alexander, Dustin y Courtney. Sus nietos, entre ellos, Maya, Ace, Isabelle, Anders, tan parecido físicamente a Sir Bowen y su hermano menor Caden, quizá con el temperamento del Sir –éstos dos últimos compañeros de colegio y amigos de mis hijos son miembros de la generación que tendrá que recibir algún día el legado del abuelo y hacerlo crecer para beneplácito de Barry, quien desde donde esté seguirá de cerca la saga familiar. !Que así sea! Desde aquí brindamos por usted, por supuesto con una Belikin de barril !Salud Caballero!H

Belice, un ejemplo de conservacion ambiental (9/mar/10)
41 años de cuidar la naturaleza (15/mar/10)

Paseo por el Arbol Retorcido (22/mar/10)

CROOKED TREE.
La vida silvestre en Belice es un bien común y público que se preserva gracias a la labor de organismos como la Belize Audubon Society (BAS) que cuidan de las reservas y áreas destinadas a conservar la vasta fauna y flora local. Una de ellas es el santuario de Crooked Tree ubicado a unos 40 minutos de la ciudad de Belice, por la carretera del norte, rumbo a la frontera con México. Una vez en la desviación se toma un camino de terraceria de unos 4 km que ya da visos de aventura al visitante con los zangoloteos y vaivenes del terreno imperfecto del camino en el que se puede ver una señal amarilla que dice: “Precaución, cruce de jaguares” porque en efecto, si se tiene suerte puede uno observar a ese maravilloso e imponente felino que habita estas regiones desde épocas inmemorables y cuya imagen ha estado presente en la cultura local desde tiempo de los mayas. Los margenes de la terracería se cubren de exuberante vegetación que se abre al llegar –en pocos minutos- a la laguna para dejar ver sus aguas dulces y las parvadas de pájaros de diversos colores y tamaños. Por cierto, de marzo a junio casi no llueve y es la mejor temporada para visitar esta zona de humedales pues es cuando no se inunda y las aves arriban desde lugares frios del norte.

Este lugar, considerado por la ley y autoridades de Belice como un santuario de vida silvestre toma su nombre de Crooked Tree (Arbol retorcido), un apacible pueblito del distrito de Belice ubicado en una isla rodeada por las aguas de varias lagunas alimentadas por el arroyo Negro (Black Creek), un afluente del río Belice que desemboca en la ciudad del mismo nombre. En esta aldea existen plantaciones de marañón (Anacardium occidentale), fruta cuya semilla se llama en España anacardo, conocida en México como nuez de la india y que en Brasil –gran productor de esa nuez, de donde es originaria- se denomina castaña de cayú (Castanha de cajú], en portugués, palabra de la que deriva el término en inglés cashew, adoptado en Belice, por provenir del fruto de ese nombre, con forma de pera y parecido a un pimiento morrón o chile dulce, de color amarillo o rojo-anaranjado que en el gigante sudamericano suele licuarse con agua y azúcar para preparar un agua fresca o refresco natural de sabor fuerte, que agarra la boca, dulzón y a la vez insipido. Crooked Tree es el mayor productor de nuez de la india (Cashew Nut) en Belice, a grado tal que se organiza una feria de la nuez de la india o de cajú (Cashew Fair) a principios de mayo de cada año donde presenta varios productos derivados del fruto, incluyendo un licor que llaman vino de marañón (Cashew Wine), que es más bien un aguardiente –tal como se le llama en Mozambique una de las ex colonias portuguesas a las que se llevó el cajú desde sudamérica.

Sin embargo, Crooked Tree es más conocido por la cantidad de aves que tiene y que reconocen los observadores y ornitólogos en todo el mundo, pues su diversidad incluye al famoso jabirú gran ave que cuando tiene las alas abiertas alcanza los 3 m de longitud, de pico alargado, plumaje blanco con pescuezo y cabeza negros y un collar rojo encendido que cae en el pecho. Es impresionante verlo volar, ¡parece un aeroplano! Un pájaro singular que suele estar lejos de los humanos pescando en la laguna como lo hacen las garzas blancas, azules, tricolores y los cocitos (ibis), de las cuales uno también encuentra varios ejemplares en este santuario. Un pariente del yabirú aunque de la mitad de su tamaño, es el Galletán (Wood Stork), que si bien no tiene el collar llamativo de su primo, tiene en cambio plumaje negro en el contorno de sus alas, el cual le da al volar la impresión de tener enmarcardas las plumas blancas. Esta ave también puede verse en algunos islotes de la bahía de Chetumal.

Además de las aves acuáticas que se ven por cientos en las diversas lagunas de este santuario, hay que fijarse en otras como los gavilanes (Roadside Hawk), los halcones, los colibríes, los pericos, los pájaros carpintero, los cuervos y los búhos, por mencionar sólo algunos.

Para visitar Crooked Tree y observar las aves no es necesario tener permiso de la BAS, pero sí uno se comporta de manera inapropiada los voluntarios y personal de la ONG que patrulla el santuario pueden llamarle la atención e incluso multarle. A petición de los ecologistas y amantes de las aves se puede, eso sí, organizar un recorrido guiado que permite obervar mejor la fauna local y endémica. Caminar por los senderos establecidos que evitan toparse con algún cocodrilo en las partes anegadas, gracias a puentes de madera y vados instalados por la BAS, lo hace a uno sentirse en un safari o viaje de exploración en la selva cruzando puentes colgantes y admirando además la flora local, entre cuyos especímenes pueden encontrarse palmeras, orquideas, pitahayas, árbol bala –el verdadero crooked tree- y palo de Campeche (de tinte, Logwood) el legendario árbol que explotaron los primeros pobladores de Belice en el siglo XVIII y que precedió a la explotación de otro, el del chicle que da un sabroso y ducle fruto, el chicozapote.

Pero aunque sea una reserva, los visitantes pueden tomar alimentos o bebidas en uno de los escasos resorts de buen nivel que hay a la orilla de la laguna, donde incluso pueden pernoctar para disfrutar tranquilamente de la observación de las aves y su hábitat en general, una experiencia única para quien ama la naturaleza.

La BAS tiene justo a la entrada de Crooked Tree, una vez pasando la laguna, un centro informativo de primera –considerando las limitaciones financieras- construido sobre palafitos, faltaba más si se está en Belice y en un maravilloso humedal, con explicaciones sobre la fauna y flora locales, donde tambien se venden libros y manuales de aves que vale la pena llevar cuando se visita Belice, como el “Birds of Belize” de H. Lee Jones con ilustraciones de Dana Gardner. Vale la pena tener uno de esos libros, además de binoculares y cámara fotográfica cuando lo visite, pues podría ser que sea la primera y última vez que observe –y llegue a fotografiar- un ave en particular, a menos, claro está, que usted viva en Belice y sea ávido y disciplinado observador de aves. Recuerde conducir con cuidado en este lugar y a baja velocidad, pues puede encontrarse un jaguar entre los árboles retorcidos.H

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UN PAIS COLOR DE ROSA.
En los primaverales meses de abril y mayo que es parte de la temporada seca del trópico centroamericano –pues la región sólo maneja dos estaciones: la de lluvias (invierno) y la de secas (verano)- el territorio beliceño, en su mayoría rural y selvático, se pinta literalmente de color de rosa por los innumerables arboles que florecen con esa pigmentación a lo largo y ancho del pequeño país. Ese color puede aplicarse no sólo a la vegetación de la época sino a la gente de estos rumbos: amable, tranquila, alegre, ingenua y apacible, igual que su ritmo de vida. Es la vie en rose tropical.


En realidad, el rosa ya pinta desde el Sureste mexicano y antes de cruzar la frontera con Belice uno se encuentra con hileras de un árbol rosáceo en los camellones o aceras de Chetumal y en el paisaje general al que se le denomina Roble y en El Salvador se conoce como Roble de la sabana o Maquilishuat (Tabebuia rosea), su árbol nacional. En Belice es llamado Mayflower Tree, porque suele florear en mayo, aunque desde abril ya se ven muchos adornando la jungla. En efecto este árbol pierde todas sus hojas verdes y se llena de flores color de rosa luciendo un follaje único que contrasta con el verde tierno de otros arboles que retoñan después del invierno, del verde fuerte que caracteriza a las palmeras, pinos y otras plantas de la región y del marrón que dejan la quemazón que todavía se acostumbra para desmontar terrenos y que llegan a afectar la vegetación nacional, con una tierra tan pródiga que casi al día siguiente de haberse incendiado y dejado negro el suelo, surgen los retoños de un zacate que se niega a desaparecer.


Dicen en Belice que este roble fue traído de Europa hace siglos por los colonos británicos para adornar sus patios y ciudades, pero seguramente se esparcieron las semillas desde los galeones y buques europeos puesto que hoy en día se encuentran en todo el país; según la botánica se trata de variedades diferentes pues el también conocido como May Tree, Hawthorn o Judas Tree –porque en uno de ellos se habría colgado Judas Iscariote- que florea en mayo en el viejo continente tiene otro nombre científico (Crataegus mongyna), y existe con flores blancas. En Inglaterra las flores del May Tree a las que se les llama “Reinas de mayo” suelen comerse en ensaladas. De cualquier manera ambos son arboles preciosos.


Típicos y viejos Mayflower Trees se encuentran en la calle Freetown, casi esquina con Cinderella Plaza –donde hay un sitio de taxis- como para hacer comparsa al vestido rosa de la Cenicienta que da nombre al lugar, y en la entrada a la ciudad de Belice por la carretera del norte que viene de México; pero hermosos ejemplares pueden apreciarse a lo largo de toda la Northern Highway desde Corozal, pasando por Orange Walk y sobre todo en el tramo que va del aeropuerto internacional al centro de la antigua capital. En el punto más occidental de la frontera de Belice con México, en Blue Creek –tierras de Menonitas- también se ven en abundancia los maquilishuat bordeando el arroyo Azul, una de nuestra fronteras naturales que tiene en lado mexicano al poblado de La Unión.


Otro árbol con flores rosas que se encuentra en su máximo esplendor en abril y mayo es el Bukut (Cassia grandis) –que comparte el nombre con una danza ritual senegalesa (Boukout)- conocido en otros países como Carao, sólo que éste mantiene las hojas verdes y sus flores son pequeñas y de un tono más encendido que las del Mayflower Tree, además de ser un árbol más alto, de 20 m en promedio y con tronco delgado y claro. El Bukut da un fruto en forma de vaina –parecido al del flamboyán- con efectos curativos contra la anemia y la impotencia, además de ser laxante.


El paisaje beliceño usualmente verde, en abril y mayo se ve color de rosa y no es exageración. En estos meses del verano beliceño, de norte a sur y de oriente a occidente, Belice es un país color de rosa, como los caracoles de su mar y como el espíritu de sus habitantes. Sólo hay que observarlo con detenimiento y con amor, como a su gente.H


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